De acuerdo con reportes de prensa, la llegada de la COVID-19 a México provocó un aumento instantáneo del 50% en la demanda de productos de higiene y seguridad industrial, generando escasez y, en algunos casos, abuso en los precios de venta.
Así, se estima que en los primeros meses de la pandemia el sobreprecio en cubrebocas desechables que se vendían por internet alcanzó hasta un 402%[1], mientras que en respiradores N95 –los recomendados por la Organización Mundial de la Salud para uso del personal médico– llegó hasta el 425%.
Sin embargo, las autoridades de protección al consumidor (Profeco) y sanitarias (Cofepris) realizaron un monitoreo a la comercialización de estos artículos e impusieron multas a empresas que incumplieron las disposiciones oficiales, ya sea en normas de fabricación[2] o en precios justos y visibles al consumidor[3].
Acompáñanos a revisar los datos más relevantes sobre la demanda mundial de cubrebocas, gel antibacterial y equipo de protección personal (EPP), y cómo esta situación ha afectado a las industrias mexicanas que requieren de estos insumos.
En julio pasado, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) publicó un informe titulado: “El tráfico de productos médicos relacionado con el COVID-19 como una amenaza a la salud pública”.
La venta de EPP de baja calidad y falsificado fue uno de los puntos más importantes de esta investigación, con varios casos de grupos delictivos involucrados en fraudes y estafas[4] de productos de uso médico y para protección de la población contra el virus.
Por ejemplo, la UNDOC señaló que autoridades sanitarias alemanas contrataron a dos compañías en Suiza y Alemania para adquirir una carga de cubrebocas con valor de 15 millones de euros, mediante un sitio web clonado de una empresa aparentemente legítima en España.
En otro frente, 3M ha investigado más de 7 mil reportes de fraude en respiradores N95 a nivel global[5], combatiendo cada uno de ellos con acciones legales y judiciales en cada región donde tiene presencia.
Así, la compañía estadounidense ha logrado hasta el momento resultados como:
Por otro lado, y una vez que el virus se comenzó a expandir rápidamente en el mundo, las compras de pánico de gel antibacterial para manos a base de alcohol no se hicieron esperar. Por ejemplo, en febrero pasado, el crecimiento anual de ventas se estimó en 250% para Reino Unido y 1800% para Italia.
Mientras tanto, en los Estados Unidos el aumento en la demanda de este producto higiénico –recomendado por los CDC para evitar la propagación de microorganismos– ¡fue de 1380% entre diciembre 2019 y enero 2020!
Para fines de este año, se estima que el mercado estadounidense de geles sanitizantes alcanzará un valor de casi mil 900 millones de dólares[6], un aumento de 40% comparado con estimaciones previas al impacto del COVID-19.
Lo expuesto en este artículo es solamente una parte del panorama actual de los insumos esenciales para seguir combatiendo la pandemia de COVID-19.
Como dato final, vale la pena resaltar el apunte de la Organización Mundial de Comercio, donde señala que la venta de artículos médicos se incrementó en 38.7% durante el primer semestre de 2020[7], aunque “sigue siendo difícil para algunos países en desarrollo obtener determinados productos”.
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Fuentes:
1. Cuestione.com, 18 de abril 2020.
2. Animal Político, 23 de septiembre 2020-
3. El Sol de la Laguna, 27 de mayo, 2020.
4. UNODC, 8 de julio 2020.
5. 3M, 5 de octubre, 2020.
6. Fortune Business Insights, mayo 2020.
7. OMC, 16 de septiembre 2020.