En manufactura, mantener fuera del área de producción partículas contaminantes como polvo, pelusa, células de la piel y microbios permite a las empresas alcanzar los estándares de calidad, seguridad y rendimiento que los clientes esperan de sus productos o servicios.

 

En gran medida, esto se logra con la correcta selección de las prendas que usan diariamente las empleadas y empleados de estas compañías. Un caso especial son los uniformes antiestáticos, que permiten a industrias especializadas (como la aeroespacial, automotriz y nanotecnología) obtener altos niveles de desempeño sin descargas electrostáticas que arruinen la producción.

 

Sin embargo, contar con suficientes prendas para una operación diaria y a gran escala se vuelve un reto de aprovisionamiento en donde los gerentes de compras deben considerar factores financieros, de sustentabilidad, comodidad del personal, salud y eficiencia.

 

Así, las compañías cuentan con tres soluciones: uniforme antiestático reutilizable (lavable), desechable o una combinación de ambas. En este artículo revisamos las diferencias y criterios para elegir la opción que más convenga a tu planta.

 

¿Cuándo usar uniformes lavables?

 

En un artículo de Cleanroom Technology se definen de forma amplia los factores que influyen en la operación de ambiente controlado para decidir entre la opción reutilizable y la lavable:

 

El nivel máximo de partículas contaminantes.

El número de cambios necesarios por día y para cada colaborador.

La cantidad de visitantes ocasionales que entrarán al área controlada.

El nivel de soporte técnico y servicio disponible por parte del proveedor.

 

Como regla general, se estima que una cuando los cambios por semana lleguen a 20, la mejor estrategia para el encargado de operaciones es el uniforme antiestático reutilizable, en conjunto con un servicio especializado de lavado, mantenimiento, empaque y gestión de las prendas.

 

¿Cuándo usar uniformes desechables?

 

Compañías como Kimberly-Clark Dupont han realizado estudios de propiedades físicas y análisis de ciclo de vida del uniforme antiestático de un solo uso, destacando ventajas como:

 

Altos niveles de filtración bacteriológica.

Configuraciones especiales de las telas (como la SMS de hilado directo y pulverización de polímero fundido, superpuestos en tres capas) generan prendas con mayor transpirabilidad y a la vez con una amplia barrera antipartículas.

Incluyen guías de colocación aséptica para reducir riesgos de contaminación.

En su mayoría son reciclables.

 

Estas investigaciones también advierten que, dependiendo de su fabricación, ciertos uniformes reutilizables pueden sufrir daños estructurales (y soltar fibras) o reducir sus capacidades disipativas (de carga electrostática) al someterse a ciclos continuos de esterilización (rayos gamma) y limpieza.

 

Lavable o desechable: el veredicto

 

Como puede apreciarse, la elección de uniformes antiestáticos dependerá del tipo de operación de ambiente controlado, las condiciones e intensidad con que se utilicen y el desempeño esperado. Por ello, no es inusual que las empresas utilicen una combinación de ambas.

 

Así, como criterios finales para ayudar al ingeniero de proceso a hacer la selección, considera:

 

1. Probar y monitorear el desempeño de las prendas con base en evaluaciones de riesgo y las necesidades del ambiente crítico (por ejemplo, si es un cuarto limpio ISO 1 o ISO 6, con niveles de concentración que van de 10 a 1 millón de partículas de 0.1 micras por pie cúbico).

2. Elegir la capacidad disipativa de carga electrostática. Buscar uniformes que ofrezcan una resistencia superficial en el rango de 106 a 108 Ohms.

3. Establecer parámetros de funcionalidad para retirar las prendas que no los cumplan.

4. Verificar la compatibilidad con los demás elementos de protección (guantes, mascarillas, goggles y calzado).

5. Acudir con un servicio de lavado certificado, para comprobar que sus procesos cuidan y extienden el tiempo de servicio del uniforme antiestático.

6. En lavables, habilitar protocolos de colocación y retiro de las prendas, así como de disposición y traslado ya sea al servicio de lavado o reciclaje.

7. En desechables, considerar el tiempo de almacenaje para evitar que expiren.

8. Monitorear la cantidad de visitas mensuales a la instalación. Si son pocos, probablemente las prendas de un solo uso sean la opción más económica.

 

En BHP México distribuimos y fabricamos uniformes antiestáticos –tanto reutilizables como desechables– que cumplen con los más altos requerimientos de calidad, durabilidad y funcionalidad. Además, contamos con servicio técnico especializado que supervisa la capacidad disipativa de las prendas. ¡Consulta nuestro catálogo!

 

Uniformes antiestáticos BHP

 

Foto de portada: @younis67 vía Unsplash.